Monday, August 28, 2006

Mezquindad

En general tengo cierta simpatía por la gente a la que le falta un diente. Incluso por la gente que tiene un buen arreglo hecho y que yo se le le falta un diente. Al tipo le faltaba un colmillo. Tenia aspecto de obrero calificado. Podría haber sido herrero o incluso cocinero o parrillero, no chef. Estaba sentado en una de las tres mesas de la pecera de cristal que rodean al pelotero del Mc Donald's junto con su mujer y dos chicos. El mas chico de los dos, de aproximadamente dos años, luchaba contra la puerta pesada al mismo tiempo que sostenía en cada una de sos manos un globo. El tipo, mantenía una sonrisa mientras veía el esfuerzo del chico pero no le quitaba un ojo de encima y cada vez que el chico corría peligro de agarrarse los dedos con la puerta se levantaba para ayudarlo apenas lo suficiente para que el que siguiera haciendo el esfuerzo fuera él. Se debe haber levantado como unas quince veces. Después se volvía a sentar en el mismo lugar, al lado de su mujer, con la que hablaba en voz baja. El mas grande jugaba junto con mi hijo, cada uno con una transformer con forma de pelota que era el juguete del día repitiendo incansablemente "vola la bola!" . En un momento uno de los juguetes se perdió y el hijo de él agarró el juguete del mío. El tipo no dudo y me lo trajo, yo le gestioné con el empleado un nuevo juguete para su hijo y momentáneamente quedamos hermanados. Apenas menos de una hora. Cuando nos fuimos me olvidé de saludarlo. De todas maneras ese pequeño fragmento de calidad humana resulto en mi mente como un oasis en medio de la mezquindad que me toca vivir en este momento.

Thursday, August 17, 2006

Leaving Neverland

Creo que algo se le rompió cuando tenia quince y nunca lo pudo recomponer. Simplemente quedo así. De quince, envejeciendo pero con quince. Por eso a veces es tan divertida. Por eso mas que una madre es una niñera. Por eso se ensaña como lo hace. Por eso conspira. Por eso es que no se da cuenta de que no hay manera de que no se lleve puestos a sus hijos con los quince años que tiene eternamente. Por eso sus palabras son de una nena de quince que se niega a crecer. No, claro que no es justo.

Monday, August 14, 2006

La conquista del desierto I

Tomamos una plaza. No es una plaza muy grande. Es apenas una plaza del tamaño de una manzana en pleno corazón del nuevo Palermo. Yo tenia ambiciones mas medidas, pero la plaza mas chiquita que yo tenia en mente ya pertenecía a otro familiar con el que, dado el curso de las negociaciones diplomáticas, no nos conviene quedar mal. El tenia razón, tomar esa plaza, por mas accesible que fuera, iba a tener un costo alto en las futuras negociaciones y eso es meterse en otro terreno. Era preferible otra plaza que estuviera en territorio virgen. Ya la habíamos explorado el fin de semana pasado pero este definitivamente la tomamos. Tiene todo lo que necesitamos, calesita, un inflable con forma de castillo, juegos básicos y hasta autos eléctricos. Aparte esta rodeada de lugares para comer donde hacen nuestra comida favorita. Pizza.

Thursday, August 10, 2006

Encariñado

Hay espacios con los que me había encariñado. Entornos familiares, momentos especiales, paisajes que mi hijo conoce desde que nació y que aprendió a recorrer conmigo. Es muy sencillo, se trata de llegar a esos lugares y verlo saltar de alegría. Sabe que no voy a poder decirle que no. Corre por los juegos conmigo detrás gritando Papi mira esto o mira aquello. En esos lugares yo también me siento protegido. Mi hijo empezará a recorrer algunos de esos lugares sin mi, probablemente conociéndolo y conociendo el entorno familiar, lo haga solo. Nadie piensa en eso cuando se piensa en una separación. En esos momentos que quedan fijos en la memoria como la imagen de una ausencia.
Tengo la tarea ciclópea de construir millones de lugares iguales, en todo el mundo, para nosotros dos. Obviamente sin Mamá.

Tuesday, August 08, 2006

Shut Down

Es extraña la forma en que las cosas cambian. Tengo la sensación de haber estado mucho tiempo con la cabeza metida en el monitor mientras las cosas pasaban por detrás mío. No me quejo. Solo que ahora, cuando ya hace algún tiempo que no escribo en el blog, me doy cuenta de que la critica que les hacia a otros era también aplicable a mi mismo. Es como la sensación de corte de luz que de alguna manera revela la existencia de un orden superior. Hay otros ruidos, Otras texturas. Otra gente. Por lo menos hasta que la luz vuelva.