Tuesday, October 17, 2006

Ulises

Subió la escalera gritando con voz de Charizard: Papi!. Le salí al encuentro para repetir la escena de siempre:
- Que haces aquí arriba?.
- Trabajo un ratito, querés quedarte aquí?
- Aha.

Nos quedamos juntos hasta que el resto se durmió y nos acostamos un rato en mi cama. El me iba pidiendo cuentos y yo se los contaba de memoria. Los de Ulises primero. El de los dientes, el de los piojos y el de no me quiero bañar. Después algunos donde el protagonista fuera él. Entonces le conté un cuento en donde trataba de explicarle que iba a tener dos casas y que iba a estar a veces con su mamá y a veces conmigo. La ola de angustia me llego a algún lugar del pecho pero seguí nomas con los cuentos. Invente el de Ulises y la luna y algún otro mas, medio desdibujado, mientras se quedaba dormido.

A la mañana me pregunto por que se había despertado en su cama.
- Porque así dormimos mejor.
- Quiero despertarme en tu cama. (Ya no es mas la cama de Mami y Papi)
- Tranquilo, estoy acá nomas. Cerquita.

Cuando lo llevé a desayunar me trajo los libros de Ulises y se los conté en un abrir y cerrar de ojos mientras se reía de la velocidad a la que pasaban los cuentos. Los abrazó y se los llevo al jardín en la mano. No me quiso saludar pero se detuvo en la puerta para sonreirme.

Mierda. Espero que estas cosas se hagan asi.

2 comments:

France Assist said...

Si no se hacen así le debés andar muy cerca... Aunque supongo que no hay un manual de cómo se hacen esas cosas. Sería demasiado sencillo.

cuti said...

Ni idea pero dado que le salen de donde tienen que salirle, seguramente sí.