Thursday, January 25, 2007
Saturday, January 20, 2007
Cara de pelo
- Hola, cara de pelo.
- Cara de pelo?
- Pelo (en la cabeza), pelo (la barba), pelo (las cejas), yo tambien tengo pelo en los ojos (sus propias cejas)
- Aha, es cierto. Cejas se llaman. Vos tambien sos cara de pelo?
- Vos sos cara de pelo, cara de... barco, cara de... arbol, cara de... balcon, cara de pi..criu, cara de
- Cara de pelo?
- Pelo (en la cabeza), pelo (la barba), pelo (las cejas), yo tambien tengo pelo en los ojos (sus propias cejas)
- Aha, es cierto. Cejas se llaman. Vos tambien sos cara de pelo?
- Vos sos cara de pelo, cara de... barco, cara de... arbol, cara de... balcon, cara de pi..criu, cara de
Un dia casi perfecto
La respiración de Qpomn se entrecorta sobre el agua fría de la pileta de donde solo asoman nuestras cabezas aunque él está en puntas de pie y yo floto inclinado de espaldas. Apenas hace un rato a dejado de temer ahogarse y juega a que visita el zoológico y el borde de la pileta es una gran cerca detrás de la cual hay jirafas elefantes y cebras, y no conejos, faisanes, gallinas, gansos, ovejas, perales, ciruelos, rosales y todo ese fantástico mundo del que ha disfrutado durante todo el día con un entusiasmo que no ha dejado de asombrarnos a todos y que se guarda en mi memoria como frases cortas.
Qponm vuelve trayendo una pera escondida en su mano.
Qponm corre entre medio de unos gansos imitándolos.
Qponm vuelve trayendo otra pera escondida en su mano.
Qponm pregunta si esa oveja lo mira a él.
Qponm alimenta uno por uno treinta conejos.
Qponm vuelve trayendo, escondida en su mano, una flor, no otra pera.
Qponm corre, baila, da saltitos, y se mueve entre medio de los bichos y las plantas como si hubiera vivido allí siempre.
Qponm llega dando saltos como si estuviera en la luna, se me sube a upa y, mirando el mismo pedazo de cielo que yo, da por sentado que nos vamos a quedar a dormir alli. Le digo que no, pero que no se preocupe que falta poco para que tengamos un lugar propio mientras deseo con todas mis fuerzas que ese momento se prolongue lo mas posible porque estoy nadando con mi hijo, porque él está grande e independiente, porque tiene un trato con la gente que es divertido para él y para el otro, porque esta vez ha sido Odessa, con su estampa del siglo XIX, la que me ha llevado un lugar donde otra vez nos reciben con los brazos abiertos, porque los dueños de la quinta han jugado naturalmente a los abuelos con Qponm y eso es algo que a él le hace muy bien, porque estoy lejos, en medio del campo, sin abogados, metido hasta el cuello en una pileta, a las cinco de la tarde de un día que ha sido casi perfecto.
Qponm vuelve trayendo una pera escondida en su mano.
Qponm corre entre medio de unos gansos imitándolos.
Qponm vuelve trayendo otra pera escondida en su mano.
Qponm pregunta si esa oveja lo mira a él.
Qponm alimenta uno por uno treinta conejos.
Qponm vuelve trayendo, escondida en su mano, una flor, no otra pera.
Qponm corre, baila, da saltitos, y se mueve entre medio de los bichos y las plantas como si hubiera vivido allí siempre.
Qponm llega dando saltos como si estuviera en la luna, se me sube a upa y, mirando el mismo pedazo de cielo que yo, da por sentado que nos vamos a quedar a dormir alli. Le digo que no, pero que no se preocupe que falta poco para que tengamos un lugar propio mientras deseo con todas mis fuerzas que ese momento se prolongue lo mas posible porque estoy nadando con mi hijo, porque él está grande e independiente, porque tiene un trato con la gente que es divertido para él y para el otro, porque esta vez ha sido Odessa, con su estampa del siglo XIX, la que me ha llevado un lugar donde otra vez nos reciben con los brazos abiertos, porque los dueños de la quinta han jugado naturalmente a los abuelos con Qponm y eso es algo que a él le hace muy bien, porque estoy lejos, en medio del campo, sin abogados, metido hasta el cuello en una pileta, a las cinco de la tarde de un día que ha sido casi perfecto.
Wednesday, January 10, 2007
Schlomo y el señor Narrow
Buenos Aires, 9 de enero de 2007
Sres. Reyes Magos:
Me dirijo a Uds., por intermedio del señor Salomón, con el fin de hacer un pedido un tanto particular. Mi hijo, Qponm, no ha podido dejar los zapatos el día que Uds. suelen pasar todos los años, por razones de índole familiar, y nos encontramos frente al siguiente problema, se resiste a que desarmemos el árbol hasta que Uds. pasen. Tengan en cuenta, por un lado, que el niño aún tiene tres años y no tiene una idea muy precisa del calendario y, por otro, que de no concurrir Uds. por su casa nos veríamos obligados a tener armado el árbol hasta el año que viene con los obvios perjuicios que eso acarrearía a nuestra reputación. La gente se fija en esas cosas, y no quisiera negarle a mi hijo las visitas u obligarlo a desarmar el árbol sin que el ritual de su pasada se haya realizado.
Espero tengan en cuenta que ningún integrante de mi familia ha vuelto a tener problemas con Uds.
Agradeciéndoles desde ya, saluda atte,
Nanook
Esta es la carta que tendría que haberle escrito a los reyes magos el día en que Qponm me planteó el dilema. Su contestación había sido tan terminante que no me animé a contradecirlo sabiendo, incluso, que tenia razón. Así que después de meditarlo un rato me dirigí a lo de Salomón (Schlomo, en el barrio) para ver si él podía encontrar la famosa cueva de piratas que el gurrumín había visto unos días antes y que se había vendido.
Schlomo me dio su palabra, por lo menos tres veces, de que movió cielo y tierra buscando Saga of Pirates (así se llamaba en juguete en cuestión) por todo once y sus aledaños mientras yo hablaba seriamente con Qponm. Era hora de ponerlo al tanto de los pasados conflictos de mi familia con los Reyes.
Hubo dos años en los que mi hermano libro una batalla, en la que perdía estrepitosamente y que amenazó con tener una escala de proporciones desmesuradas antes de, finalmente, detenerse. El primer año, mi hermano dejó sus zapatillas junto con las de su hijo, con la estúpida ilusión de ligar algo. No solo no ligó nada sino que descubrió que a la mañana siguiente a su zapatilla le faltaba un pedazo del tamaño de la boca de una camello. Pedazo que constituía casi la mitad de la zapatilla. De una de las zapatillas que había usado hasta la noche anterior.
Al año siguiente decidió que de ninguna manera iba a pasar reyes solo con su hijo sino que se trasladó hasta la casa de mis padres, en la costa, donde estaban alojados también, una hermana con su marido y sus tres hijas. A la mañana siguiente amanecieron los hombres vestidos con los camisones de la mujeres y éstas con los pijamas de los hombres. La cara de los chicos en las fotos era de diversión absoluta, pero no recuerdo que mi hermano haya tenido un gesto mas furioso que ese en su vida. Yo ya empezaba a temer que al año siguiente los esperara armado durante toda la noche. Se sabe que pasa con la gente que toma esas actitudes y ya veía a mi hermano convertido en una tostadora eléctrica o algún otro objeto absurdo por el estilo. No se pelea así nomás contra gente que posee el don de la magia.
No paso mas nada. Pero al momento de sentarme a escribir se me cruzó por la cabeza la idea de que los Reyes Magos podían reconocer mi apellido, recordar esos episodios y, sabiendo lo impredecibles que pueden ser, burlarse de mi perjudicando indirectamente a Qponm. Por eso agregué el parrafo.
En fin, era un riesgo que había que correr. Se lo puse en claro al niño para que, en el caso de encontrarse con algún tipo de sorpresa, supiera por que lado venía. También le hable de Schlomo y de su contactos con los Reyes y del tiempo que había pasado entre el día que habían venido para los otros chicos y que este era un pedido especial y.... . Igualmente juntamos pasto, pusimos agua y nos dormimos temprano.
Yo me desperté mas temprano, pero no me atreví a mirar. Me pasaba cuando era chico también. Cuando Qponm se despertó y vió todo el pasto desordenado y el tacho de agua dado vuelta pensó que el perro había hecho uno de sus clásicos desastres y que los camellos no habían podido comer y se puso a ordenar el pasto de nuevo hasta que descubrió el regalo. Tantas habían sido mis recomendaciones que temió lo peor. El mediodía nos sorprendió gritando:
- Sr. Narrow!
- Si, capitán!
Mientras llevabamos tesoros entre la cueva y el barco una y otra vez.
Hubo solo un pequeño problema. En la cabeza de Qponm el pasto desparramado y el que originalmente habíamos puesto es para él la misma cantidad. Sospecho que sigue creyendo que los camellos no comieron el pasto y se pregunta, para sí, por qué
Sres. Reyes Magos:
Me dirijo a Uds., por intermedio del señor Salomón, con el fin de hacer un pedido un tanto particular. Mi hijo, Qponm, no ha podido dejar los zapatos el día que Uds. suelen pasar todos los años, por razones de índole familiar, y nos encontramos frente al siguiente problema, se resiste a que desarmemos el árbol hasta que Uds. pasen. Tengan en cuenta, por un lado, que el niño aún tiene tres años y no tiene una idea muy precisa del calendario y, por otro, que de no concurrir Uds. por su casa nos veríamos obligados a tener armado el árbol hasta el año que viene con los obvios perjuicios que eso acarrearía a nuestra reputación. La gente se fija en esas cosas, y no quisiera negarle a mi hijo las visitas u obligarlo a desarmar el árbol sin que el ritual de su pasada se haya realizado.
Espero tengan en cuenta que ningún integrante de mi familia ha vuelto a tener problemas con Uds.
Agradeciéndoles desde ya, saluda atte,
Nanook
Esta es la carta que tendría que haberle escrito a los reyes magos el día en que Qponm me planteó el dilema. Su contestación había sido tan terminante que no me animé a contradecirlo sabiendo, incluso, que tenia razón. Así que después de meditarlo un rato me dirigí a lo de Salomón (Schlomo, en el barrio) para ver si él podía encontrar la famosa cueva de piratas que el gurrumín había visto unos días antes y que se había vendido.
Schlomo me dio su palabra, por lo menos tres veces, de que movió cielo y tierra buscando Saga of Pirates (así se llamaba en juguete en cuestión) por todo once y sus aledaños mientras yo hablaba seriamente con Qponm. Era hora de ponerlo al tanto de los pasados conflictos de mi familia con los Reyes.
Hubo dos años en los que mi hermano libro una batalla, en la que perdía estrepitosamente y que amenazó con tener una escala de proporciones desmesuradas antes de, finalmente, detenerse. El primer año, mi hermano dejó sus zapatillas junto con las de su hijo, con la estúpida ilusión de ligar algo. No solo no ligó nada sino que descubrió que a la mañana siguiente a su zapatilla le faltaba un pedazo del tamaño de la boca de una camello. Pedazo que constituía casi la mitad de la zapatilla. De una de las zapatillas que había usado hasta la noche anterior.
Al año siguiente decidió que de ninguna manera iba a pasar reyes solo con su hijo sino que se trasladó hasta la casa de mis padres, en la costa, donde estaban alojados también, una hermana con su marido y sus tres hijas. A la mañana siguiente amanecieron los hombres vestidos con los camisones de la mujeres y éstas con los pijamas de los hombres. La cara de los chicos en las fotos era de diversión absoluta, pero no recuerdo que mi hermano haya tenido un gesto mas furioso que ese en su vida. Yo ya empezaba a temer que al año siguiente los esperara armado durante toda la noche. Se sabe que pasa con la gente que toma esas actitudes y ya veía a mi hermano convertido en una tostadora eléctrica o algún otro objeto absurdo por el estilo. No se pelea así nomás contra gente que posee el don de la magia.
No paso mas nada. Pero al momento de sentarme a escribir se me cruzó por la cabeza la idea de que los Reyes Magos podían reconocer mi apellido, recordar esos episodios y, sabiendo lo impredecibles que pueden ser, burlarse de mi perjudicando indirectamente a Qponm. Por eso agregué el parrafo.
En fin, era un riesgo que había que correr. Se lo puse en claro al niño para que, en el caso de encontrarse con algún tipo de sorpresa, supiera por que lado venía. También le hable de Schlomo y de su contactos con los Reyes y del tiempo que había pasado entre el día que habían venido para los otros chicos y que este era un pedido especial y.... . Igualmente juntamos pasto, pusimos agua y nos dormimos temprano.
Yo me desperté mas temprano, pero no me atreví a mirar. Me pasaba cuando era chico también. Cuando Qponm se despertó y vió todo el pasto desordenado y el tacho de agua dado vuelta pensó que el perro había hecho uno de sus clásicos desastres y que los camellos no habían podido comer y se puso a ordenar el pasto de nuevo hasta que descubrió el regalo. Tantas habían sido mis recomendaciones que temió lo peor. El mediodía nos sorprendió gritando:
- Sr. Narrow!
- Si, capitán!
Mientras llevabamos tesoros entre la cueva y el barco una y otra vez.
Hubo solo un pequeño problema. En la cabeza de Qponm el pasto desparramado y el que originalmente habíamos puesto es para él la misma cantidad. Sospecho que sigue creyendo que los camellos no comieron el pasto y se pregunta, para sí, por qué
Sunday, January 07, 2007
Dos tiempos
- Cuando yo era chico no existian los cartones.
- Ah, no?
- No, sólo habia gente en su casa, gente en su casa, todo el tiempo.
- Ah, no?
- No, sólo habia gente en su casa, gente en su casa, todo el tiempo.
Una casa
- Armamos una casa de Jay Jay muy grande?
- Qué tan grande?
- Muuuy, muuuy, grande, muuuy alta. Para entrar.
- Ok.
- Necesitamos cartones.
- Si?. Yo creo que sería mejor armarla de madera.
- No, de madera no. De cartón. Acá hay cartón (señala una caja)
- Pero .. eso no va a alcanzar... necesitamos cartón muy gradnde para hacer una casa de Jay Jay muy grande.
- Si, y amarilla. Con alas de avion y números (letras). Y tiene que tener una pieza, un baño con muuchas cosas... El baño de Jay Jay tiene muuuchas cosas. Y un ascensor.
- Qué tan grande?
- Muuuy, muuuy, grande, muuuy alta. Para entrar.
- Ok.
- Necesitamos cartones.
- Si?. Yo creo que sería mejor armarla de madera.
- No, de madera no. De cartón. Acá hay cartón (señala una caja)
- Pero .. eso no va a alcanzar... necesitamos cartón muy gradnde para hacer una casa de Jay Jay muy grande.
- Si, y amarilla. Con alas de avion y números (letras). Y tiene que tener una pieza, un baño con muuchas cosas... El baño de Jay Jay tiene muuuchas cosas. Y un ascensor.
Thursday, January 04, 2007
No quiero visitar a Mami
A veces me pregunto si las cosas que ocurren con una lógica similar deberían contarse de la misma forma. Lo cierto es que no soy de rendirme fácilmente, sobre todo cuando están en juego mis afectos. Y no lo digo solo por mi hijo. Quien conozca algo de mi historia sabe de lo que hablo.
Habíamos estado hablando de ir a la casa de la abuela desde hacia una semana, cuando el hermano y la madre de Qponm se fueron a Uruguay a pasar fin de año. Pero el viernes a la noche una andanada de trabajo nos obligó a posponer el viaje para el sábado. Y el sábado el muchacho se resistió a dormir la siesta y, habiendo dormido solo cuatro horas en la noche del viernes, pospuse el viaje otra vez para el domingo a la mañana. Que no pudo ser muy temprano porque Qponm se despertó a las dos y a las cinco. Ahí fue que lo miré y le explique con el tono de padre que solo me sale a veces, cuando no hay otra opción, que hay un tiempo para dormir y otro para estar despiertos.
Dormimos hasta las diez y nos despertamos listos para emprender el viaje. Mi auto tiene quince años, no tiene aire, una suspensión de los 70's y hay que subir la volumen del stereo a medida que uno aumenta la velocidad por el sonido que hace el motor. Por eso los viajes son mas largos de lo normal. Y porque paramos a merendar y a jugar un rato, paramos si hay vacas cerca y paramos para hacer pis cada vez que tenemos ganas.
O sea que diez y media, aunque fuera 31 de diciembre no era salir con mucho tiempo. Era llegar a las cinco a la playa. Lo que paso esta vez fue que pinchamos un neumático sin salir siquiera de la ciudad Y lo que para Qponm era el inicio de una nueva aventura para mi era el comienzo de la desesperación.
- Gordo, pinchamos.
- Otra vez?
- Aha. - Habíamos pinchado en la 56 hacia poco mas de un mes.
- Quiero verlo.
- Ok.
Lo que hubo para ver eran los empleados de la Shell diciéndome que no había una gomería cerca mientras Qponm me susurraba al oído que les dijera que habíamos pinchado una rueda, un camión color del de los bomberos pero con luces de policía que nos levantó el auto mientras ambos coreabamos WOOOOWW, el largo trayecto de vuelta a casa pasando por todas las gomerías que recordaba y que estaban todas cerradas y la entrada a la casa tres horas después de haber salido, sintiéndonos derrotados.
Podía haber suspendido el viaje y no la hubiéramos pasado mal aquí. Pero pensar en la playa nos hacia otro efecto, así que embestí sobre las paginas amarillas mientras C. buscaba desde su casa en internet alguna gomería abierta y yo me preguntaba quien carajo tendría esas camionetas que te vienen y te arreglan las cubiertas a domicilio. Qponm y yo solos, tenemos movimientos limitados y no íbamos a salir a las 3 de la tarde a recorrer la ciudad en taxi sin saber en donde buscar. C. encontró la respuesta: el Automóvil Club.
Si, conversación con operadora mediante, me hice socio de Automóvil Club por teléfono y vino la dichosa gomería móvil tan solo en 45 minutos. Mi limite para salir eran las 4 de la tarde. exactamente a esa hora yo miraba mi cubierta nuevamente inflada, sana, rebosante de salud diría yo.
A las 5 salimos a la ruta y aunque el auto no andaba bien, nos atacó una nube de mosquitos asesinos y perdí mi celular en la batalla, llegamos a tiempo para cenar, brindar y ver los cientos de fuegos artificiales que explotaban en el cielo a nuestro alrededor.
El resto es la fantástica historia conocida. Correr en la playa, jugar hasta quedar exhaustos, empaparnos corriendo olas (esta vez Qponm probó un barrenador con bastante éxito) y caer dormidos temprano con lo puesto. Aún veo su cara, la gorra NIke igual a la mía, pero distinta, ladeada, los rulos colgando empapados, aferrado al barrenador, muerto de risa gritando:
- Ocla vez! Ocla vez!
No pudimos volver ese día. Suele suceder. No estoy tan loco como para manejar de noche y con granizo solo con Qponm en el auto. Cuando llegamos al día siguiente Qponm no quería volver a la casa, me indicaba caminos alternativos, me sugería parar y caminar para allá, para allá, para allá. Le explique que la madre lo estaba esperando en la casa. No creo que tuviera idea de lo que significaba la frase. Simplemente la dijo como le salió. Yo traté de mantener la calma, lo solté del cinturón de seguridad y nos abrazamos mientras le explicaba que él necesitaba una madre y que eso no significaba que yo no iba a estar siempre, aunque tuviéramos que separarnos a veces un rato. Le hice un chiste y se rió. Buena señal. Al día siguiente me abrazó y me dijo que me quería mucho. Su siempre es otro siempre que el nuestro.
Chau, puto. (posted by El Pepino Peronista)
Hace unos días pasé un rato de la tarde con Nanook y Qponm. Ese niño tiene la virtud de poner en perspectiva muchas de las cosas que solemos pasar por alto (cuando no nos empeñamos en negarlas terminante y obstinadamente).
No puedo dejar de apenarme por el irremontable cúmulo de circunstancias que han llevado a que la situación actual deje fuera del mapa – para siempre, en lo que a mí respecta – a la madre de Qponm. El dolor siempre es algo que se digiere lento y mal.
En un momento empezamos a jugar Qponm, su padre y yo, a que él se escondía de nosotros tapándose con una colcha y quería que hiciéramos de cuenta que se había ido.
Yo lo acicateaba diciendo que entonces, ya que él no estaba más con nosotros, iba a aprovechar para llevarme prestados sus juguetes y sus DVD’s de películas. Qponm se reía y aparecía desde debajo de la colcha gritando “nahhhhhh” y riéndose a carcajadas.
Mientras su papá trataba de trabajar él me contaba las obras de teatro que había visto últimamente, mostrándome las postales promocionales que sacaba una a una del bolso de su padre.
- Y esta te gustó?
- Si.
- Y esta?
- No.
- Porqué no?
- Había una mala que se comía al pájaro.
- No te gustó porque había una mala?
- No
- Entonces?
- No me gustó.
Es así. Los chicos no tienen muchas vueltas. Cuando algo decididamente no cumple con sus expectativas, no pierden el tiempo preguntándose el porqué.
Al despedirme, Nanook me advierte que el crío lleva algunos días puteando a mansalva (aprendió a decir “pelotuda/o” y demás beldades).
En la puerta le doy un beso, y le digo “chau loco”.
A lo cual él me responde, muerto de risa – luego de devolverme el beso y encajarme a la vez una cachetada - : “chau, puto!”
Yo me alejo, pensando en el hijo que no tengo.
(Para los que se perdieron, PP publico este post en su blog, se lo pedí siguiendo la linea del razonamiento de Angus que sostiene que Qponm leera esto algún dia)
No puedo dejar de apenarme por el irremontable cúmulo de circunstancias que han llevado a que la situación actual deje fuera del mapa – para siempre, en lo que a mí respecta – a la madre de Qponm. El dolor siempre es algo que se digiere lento y mal.
En un momento empezamos a jugar Qponm, su padre y yo, a que él se escondía de nosotros tapándose con una colcha y quería que hiciéramos de cuenta que se había ido.
Yo lo acicateaba diciendo que entonces, ya que él no estaba más con nosotros, iba a aprovechar para llevarme prestados sus juguetes y sus DVD’s de películas. Qponm se reía y aparecía desde debajo de la colcha gritando “nahhhhhh” y riéndose a carcajadas.
Mientras su papá trataba de trabajar él me contaba las obras de teatro que había visto últimamente, mostrándome las postales promocionales que sacaba una a una del bolso de su padre.
- Y esta te gustó?
- Si.
- Y esta?
- No.
- Porqué no?
- Había una mala que se comía al pájaro.
- No te gustó porque había una mala?
- No
- Entonces?
- No me gustó.
Es así. Los chicos no tienen muchas vueltas. Cuando algo decididamente no cumple con sus expectativas, no pierden el tiempo preguntándose el porqué.
Al despedirme, Nanook me advierte que el crío lleva algunos días puteando a mansalva (aprendió a decir “pelotuda/o” y demás beldades).
En la puerta le doy un beso, y le digo “chau loco”.
A lo cual él me responde, muerto de risa – luego de devolverme el beso y encajarme a la vez una cachetada - : “chau, puto!”
Yo me alejo, pensando en el hijo que no tengo.
(Para los que se perdieron, PP publico este post en su blog, se lo pedí siguiendo la linea del razonamiento de Angus que sostiene que Qponm leera esto algún dia)
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